sábado, 5 de mayo de 2018

El Kraken


El Kraken

El kraken es una criatura marina de la mitología escandinava descrita comunmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marineros. La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que estimadamente tendrían de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos.


Pintura de un Kraken, hecha por Pierre Dénys de Montfort en 1801 a partir de las descripciones de los marineros franceses que afirmaron haber sido atacados por la criatura en las costas de Angola.



Kraken es una palabra escandinava que designa un animal enfermizo, o algo retorcido. En el alemán moderno, Krake (singular y declinado en plural: Kraken) significa pulpo, pero puede también referirse al legendario Kraken.
El nombre de Kraken suele asociarse popularmente a la especie de calamar gigante Architeuthis dux, de la cual hoy en día poco se sabe, debido a la gran profundidad a la que habita.


Architeuthis deux


Es un género de cefalópodos del orden Teuthida conocidos vulgarmente como calamares gigantes. Se han propuesto hasta ocho especies, aunque algunos grupos científicos defienden que solamente existe una.

Consideradas criaturas míticas, son animales marinos de inmersión profunda que alcanzan dimensiones extraordinarias; recientes estimaciones sugieren un máximo de 10 m para los machos y hasta 14 m. para las hembras. Se ha especulado sobre la existencia de ejemplares de mucho más de veinte metros y media tonelada de peso, aunque esto no ha podido ser confirmado fehacientemente.​ Uno de los mayores especímenes fue una hembra de casi 18 metros de largo, cuyo cadáver quedó varado en una playa de Nueva Zelanda, en 1887. También existe mención de otro ejemplar capturado accidentalmente en el año 1933, en aguas neozelandesas, de 21 metros de largo y 275 kg de peso.


Se han enumerado diferentes especies de Architeuthis: en el año 2000, se encontró un espécimen muy raro de calamar gigante en la Antártida. El animal, "Kondakovia Longimana", que encalló en una playa en la Antártida, es una especie poco conocida de calamar gigante. El animal tenía 2.3 metros de largo y pesaba unos 30 kilogramos.

Fuente: http://theudericus.free.fr/Mer_Ocean/Calmar_Geant/Calmar_Geant.htm


CIENCIA

Hallan la madriguera de un descomunal «kraken» prehistórico

Se trata de un monstruo marino de 30 metros, quizás un pulpo o calamar gigantes, capaz de devorar a los mayores depredadores de la época

Día 20/10/2011 - 09.03h
Hallan la madriguera de un descomunal «kraken» prehistórico
MARK MCMENAMIN
Algunos de los discos vertebrales del shonisaurus están dispuestos en curiosos patrones lineales con una regularidad casi geométrica
Un enorme monstruo marino de más de treinta metros de largo, probablemente un gran pulpo o un calamar gigante, pudo surcar los océanos del Triásico, hace más de 200 millones de años. Similar al mitológico kraken, este coloso de las profundidades era capaz de "merendarse", literalmente, a los mayores depredadores de la época. No hay evidencias directas de su cuerpo, pero un grupo de paleontólogos norteamericanos afirman haber encontrado su guarida.
El animal, según afirma Mark McMenamin, del Mount Holyoke College, en Massachussets, era tan grande como para capturar con sus tentáculos a ictiosaurios de 15 metros de largo, romperles el cuello y arrastrarles hasta su escondrijo para devorarlos después. Toda una hazaña, ya que los ictiosaurios, grandes reptiles marinos que recuerdan por su forma a los delfines, estaban considerados hasta ahora como los auténticos reyes de los mares triásicos.
Para McMenamin, la razón de que no se hayan conservado restos directos de la bestia es que, como los calamares de hoy, su cuerpo era blando y se descomponía rápidamente tras su muerte, impidiendo el proceso de fosilización. Sin embargo, el paleontólogo está convencido de haber encontrado suficientes "pruebas circunstanciales" que demuestran su existencia.
La evidencia principal de que el kraken existió, y de sus cruentos ataques, procede de las marcas encontradas en los huesos de nueve ictiosaurios de unos 15 metros de largo, de la especie Shonisaurus popularis (arriba) que vivió durante el Triásico, entre hace 248 y 206 millones de años. McMenamin lleva años intentando resolver el misterio que envuelve la muerte de estos nueve reptiles marinos del Berlin-Ichthyosaur State Park, en Nevada. Hasta ahora, la única explicación era que habían sucumbido a la súbita aparición de una clase tóxica de plancton. Pero el paleontólogo tiene una versión muy diferente.
Desde que llegó por primera vez al yacimiento, McMenamin se quedó sorprendido por la extraña disposición de los huesos de los ictiosaurios, que sugería que no todos habían muerto al mismo tiempo. Es más, todo parecía indicar que los restos habían sido colocados en esa posición con un propósito concreto, de una forma que recuerda a lo que hacen los pulpos actuales con sus presas cuando las llevan a sus madrigueras.
Las marcas en los huesos de los desafortunados Shonisaurus popularis sugieren, según el investigador, que una criatura parecida a un pulpo o a un enorme calamar ahogó a los ictiosaurios y les partió el cuello. Y que el santuario de Nevada no es más que el cubil del monstruoso depredador que acabó con todos ellos.
Además, las vértebras también muestran unas marcas que recuerdan la forma de las ventosas del tentáculo de un cefalópodo. Para McMenamin, los mares del Triásico fueron el escenario de titánicas batallas entre estos monstruos y los ictiosaurios, sus víctimas. Batallas que debieron ser muy parecidas a las que en la actualidad libran los cachalotes y los calamares gigantes en las profundidades marinas.
"Creemos que este cefalópodo del Triásico se comportaba de la misma forma", afirma el científico. Y añade que entre los restos aparecen demasiadas costillas de ictiosaurio rotas como para que se trate de simples accidentes. "Los estrangularon y les rompieron el cuello", afirma el paleontólogo con rotundidad.

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