Circe
En la mitología griega, Circe (Griego: Κίρκη) es una diosa de la magia (o, a veces, una ninfa, bruja, hechicera o maga). En la mayoría de los relatos, Circe era hija de Helios, el dios del Sol, y Perseis. Sus hermanos eran Egea, Eetes, Calipso y Pasífae, esposa del rey Minos y madre del minotauro.[1] Otros relatos la convierten en hija de Hécate, la propia diosa de la brujería.[2]
En ocasiones también se la considera diosa del amor maligno.
Circe era conocida por su amplio conocimiento de las pociones y hierbas. A través del uso de pociones mágicas y de una vara o báculo, transformó a sus enemigos, o a aquellos que la ofendían, en animales. Algunos dicen que fue exiliada a la isla solitaria de Eea por sus súbditos y su padre por acabar con la vida de su marido, el príncipe de Cólquida. Tradiciones posteriores hablan de su salida o destrucción de la isla y su traslado a Italia, donde fue identificada con el monte Circeo.
Fuente: http://es.mitologia.wikia.com/wiki/Circe
"Ulises Frustrar el Wiles de Circe"
Pier Francesco Cittadini - óleo - 149 x 226 cm
El mito de Circe
Circe es muy conocida por la participación que tiene en el desarrollo de la famosa épica de Homero, la Odisea, pero también tiene un papel en las leyendas de los Argonautas.
Su padre es Helios (el sol), y su madre es Perseis, en algunas tradiciones, aunque en otras su madre es Hécate. Es hermana de Eetes -rey de Cólquide y guardían del Vellocino de Oro- y por lo tanto es tía de Medea. También es hermana de Pasífae, esposa de Minos.
Su vivienda está en la isla de Ea, la cual aparentemente corresponde hoy a la península llamada monte Circeo. Circe es considerada una maga muy poderosa.
Odiseo (Ulises, en la tradición latina) llega a esta isla de Circe, después de estar en el país de los lestrigones. La mitad de sus hombres son enviados a hacer un reconocimiento de la isla, al mando de Euríloco. Todos se adentran en la isla, y llegan a un valle, donde hay un palacio brillante.
Todos entran, excepto Euríloco quien prefiere quedarse montando guardia. Circe -que es la dueña del palacio- recibe calurosa y hospitalariamente a los griegos, y los invita a un banquete. Euríloco es testigo de que una vez que sus amigos han probado los manjares, Circe los toca con una varita y los convierte en animales diversos, como leones, cerdos y perros, dependiendo de la naturaleza verdadera de cada uno.
Una vez hecho esto, Circe encierra a todos en unos establos llenos de animales similares. Al ver esto, Euríloco escapa y va a contarle a Odiseo todo lo que ha visto. Odiseo decide ir a rescatar a sus hombres, y mientras pensaba en un plan, se le aparece Hermes (mensajero de los dioses) y le da el secreto para vencer las artes mágicas de Circe: debe agregar una planta llamada moly que el entrega Hermes, a cualquier brebaje que ella le dé y así estará a salvo.
Fuente: https://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/circe/
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